¿Quién no ha visto alguna vez una película romántica y ha deseado tener una relación como la de los protagonistas? Desde hace años el cine ha sabido como vender estas historias, tanto que hemos querido replicarlas en nuestras vidas. No obstante, sería bueno preguntarnos ¿realmente lo que nos muestran en pantalla es amor?
Las películas para adolescentes o juveniles son el tipo de cinta que más suelen idealizar las relaciones tóxicas. /Montaje: Valery García/ Fotos: Netflix
Escribe: Valery García
Se dice que aprendemos sobre el amor desde la ficción, sobre todo de las películas o series de género romance que nos reproducen emociones tan intensas y que nos ayudan a escaparnos de la realidad. Amamos los productos audiovisuales en donde un vampiro pelea contra un lobo por una chica o donde el personaje deja todo por su enamorada, olvidando que muchas veces lo que estamos viendo son relaciones no sanas que están siendo “romantizadas”.
¿Una pareja tóxica? ¡Qué romántico!
Desde Edward Cullen en “Crepúsculo”, Christian Gray en “50 Sombras de Grey, Ares de “A través de mi ventana” y hasta Hardin de “After”. Todos ellos son nombrados cuando hablamos de películas que han logrado recaudar mucho y que se han vuelto un fenómeno entre los jóvenes cuando se estrenaron en los cines. Sin embargo, también sirven para tocar un tema a fondo que pensamos que ya había quedado atrás: la romantización de conductas nocivas en una pareja y las relaciones tóxicas.
“Romantizar” significa aceptar o normalizar actitudes que son dañinas y que llegan a perjudicar a una o más personas en una relación, pero a pesar de eso se cree que ello es parte de estar enamorado de alguien y se considera que es “amor”. Por lo tanto, esta acción de convertir lo tóxico como algo épico, bonito y necesario para encontrar una relación, lo único que haces es ocultar las alarmas de lo que no es sano al ser cobijado por el romanticismo.
El problema con las películas de romance es que podemos encontrar este fenómeno en donde se “romantiza” la toxicidad. No solamente nos venden que para el amor se tiene que sufrir, por eso los protagonistas pasan por un sinfín de discusiones para que vuelvan a unirse, sino que han normalizado situaciones de manipulación, abuso y humillación, convirtiéndolos en algo “romántico”. ¿El personaje la cela muchas veces? Es porque la ama demasiado, ¿La usa para su propio beneficio? Fue por amor, nunca quiso lastimarla.
Para la psicóloga Mayra Castro, estas ideas no se deberían reproducir y menos si son recibidas por un público adolescente. “Esas películas o series por lo general suelen normalizar las relaciones tóxicas y esto da lugar a impresiones negativas o a idealizarlas. En especial, para los jóvenes que se quedan con la creencia de que lo que ves en televisión significa tener una pareja”, explica.
¿Por qué caemos enamorados de estas relaciones?
Aunque vemos que Hardin de “After”, película de romance inspirada en un fafiction de Wattad, es un hombre violento tanto física como verbalmente con la protagonista Tessa, los jóvenes siguen entusiasmados por ver la cinta y anhelan tener un novio igual. Entonces, ¿Por qué tendemos a romantizar estas relaciones abusivas y disfrutamos mucho ver este tipo de films?
De acuerdo con la experta, esto sucede debido a que ya está generalizado y porque este tipo de películas o series suelen comenzar con un periodo en donde hay muchos gestos de amor, palabras bonitas, regalos, es decir, todo empieza de una manera muy romántica. Es así que, a pesar de que ya se pueden observar en los protagonistas comportamiento tóxicos, esta relación se idealiza y la persona baja sus alarmas creyendo que ella puede llegar a cambiar a su pareja.
“Pese a todo el conflicto lleno de abusos de la película o la serie, pensamos ¿pero el final cuál es? Juntos y felices. Entonces, comenzamos a justificar las actitudes tóxicas porque vemos en la película que hay un final feliz y pensamos que en la vida real será igual”, sostiene Castro. De este modo, es que las películas de romance cautivan al público: vendiendo una idea falsa e incorrecta de que el amor lo puede todo cuando en realidad no es así.
Esta tendencia la hemos visto en films como “The Notebook”, “Grease” e incluso en “El stand de los besos”, una de las películas de romance más aclamadas de Netflix. En la cinta, Noah es un tipo violento con problemas de ira y la relación que tiene con Elle es sumamente tóxica, pero todo ello parece no importar porque al final de la película terminan juntos. A pesar de que algunos pueden justificar diciendo que es solamente ficción, en una sociedad en donde la violencia contra la mujer es un problema social frecuente, que los jóvenes normalicen estas acciones y las idealicen como “romance” no ayuda a visibilizarlo.
“A través de mi ventana”, el último éxito tóxico
Un fenómeno adolescente en su momento, esta película ha sido la más reciente representación de como la industria cinematográfica, en este caso Netflix, aún continúa romantizando las relaciones tóxicas en los films para jóvenes. La película surgió de una novela de Wattpad y tiene como principales personajes a Ares Hidalgo, un chico millonario, y Raquel, una chica tímida que siempre estuvo enamorada de él.
Desde el inicio ambos empiezan a interactuar siendo agresivos el uno con el otro, pero lo que sobresale es que en toda la trama ella sufre por amor y es que Ares es indiferente, cruel y humilla a Raquel por su situación económica. Además de acosarla y manipularla, la película trata de justificar y maquillar esta relación tan nociva con los problemas de infancia que tiene el protagonista masculino.
A pesar de las críticas, Netflix confirmó que "A través de mi ventana" tendrá dos secuelas más. / Foto: Netflix
El amor no lo puede contra todo
El daño de esta tendencia en la industria del cine puede ser grave y es que nosotros, a través de lo que vemos, formamos una perspectiva de la realidad y aspiramos a tener algo parecido a las películas. Es debido a la romantización de relaciones tóxicas que se han normalizado comportamientos que no deberíamos tolerar en la vida real. No podemos “amar” el lado monstruoso de alguien solo porque creemos que en algún momento cambiará.
“Hemos sido y seguimos siendo educados recibiendo la información de que estas actitudes son normales. Y de ello es que vienen los mitos como que “el amor va a cambiar”, “por amor hará tal cosa” y el amor “todo lo supera”, asegura Castro. Por eso es que ignoramos las consecuencias negativas que conlleva el estar en este tipo de relación como la ansiedad, depresión, dependencia, entre otras.
No podemos seguir permitiendo que este sea el tipo de amor que los jóvenes aspiran en la vida. ¿Por qué no crear más cintas en donde los chicos sean el tipo bueno? ¿Por qué no mostrar más relaciones sanas en televisión? Ya es hora de demostrar que no se necesita sufrir para encontrar un final feliz.
Después de conocer cómo es que la industria cinematográfica romantiza las actitudes tóxicas, tal vez querrás saber más sobre las malas enseñanzas que dejan. Por eso, te invitamos a escuchar el siguiente podcast en donde la psicóloga Mayra Castro nos explica los peligros de este fenómeno a mayor detalle.
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