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BLACK MIRROR: ¿SOMOS ESCLAVOS DE LA TECNOLOGÍA?

Han pasado casi tres años desde que se estrenó la quinta y última temporada de Black Mirror. Sin embargo, todo apunta a que Netflix ha renovado una nueva entrega para los amantes de la ciencia ficción. Por ello, vale la pena reflexionar sobre el impacto social de esta serie distópica y lo que se esconde detrás de sus episodios.


Escribe: Valeria Burga


Hoy en día, escaparnos de la tecnología resulta imposible. De hecho, se ha convertido en un recurso de utilidad en múltiples tareas. Es sinónimo de comunicación, ya que permite interrelacionarnos con todo el mundo, en cualquier momento y sobre cualquier tema. Por ello, actualmente se considera imprescindible para la sociedad; aunque a veces pueda ser un arma de doble filo.

Black Mirror es una antología desoladora, cuya primera aparición fue en el 2011. Créditos: Hipertextual.


Si bien el fenómeno tecnológico abarca diversos ámbitos, existen quienes han decidido llevar su impacto a las plataformas de streaming a través de series o películas. Uno de ellos es Charlie Brooker con Black Mirror, una serie de cinco exitosas temporadas. Cabe resaltar que cada episodio aborda una historia distinta, pero todos presentan un común denominador: situaciones desarrolladas en un entorno digital hipotético. En síntesis, Brooker especula sobre las posibles consecuencias que podrían generarse en la sociedad por el uso descontrolado de las tecnologías que tenemos a la mano. Pese a que existen diversos capítulos con historias que merecen estar sujetas a un análisis, vamos a abordar los que más se asemejan a nuestra realidad.


Oso blanco


Aquí se narra la historia de Victoria, una joven que repentinamente pierde la memoria y opta por salir a las calles en busca de respuestas. Sin embargo, lo que se encuentra es alarmante: las personas no dejaban de grabar todo lo que ella hacía a fin de generar un espectáculo y de crear contenido que entretenga. Este episodio demuestra el afán que tenemos hoy en día de registrar todo aquello que se encuentre ante nuestros ojos y sea novedoso; a tal punto de que resulta una inquietud el hecho de no hacerlo. “Con la llegada de las redes sociales, nos hemos acostumbrado a exponer todo aquello que antes pertenecía exclusivamente a la vida privada. Ahora somos sujetos y objetos del espectáculo, creyendo que todo es meritorio para ser publicado sin importar si esto va a afectar a otros”, asegura Carlos Robles, psicólogo clínico.



Poster del episodio "Oso blanco" (2x02). Créditos: Film Affinity.


Cállate y baila


En esta historia, un joven empieza a ser chantajeado luego de que se filtra uno de sus videos de pornografía infantil. Después de esto, debe obedecer las órdenes anónimas al igual que un hombre que se encuentra en la misma situación que él. Por medio de este capítulo, evidenciamos que la información privada está en riesgo, pues todo puede llegar a saberse en la red. Sin embargo, aquí se abre el debate de si la privacidad debe ser respetada al pie de la letra o puede vulnerarse si es que las personas realizan actos delictivos como el que presenta el episodio.



Poster del episodio "Cállate y baila" (3x03). Créditos: Marca.


Caída en picada


Uno de los capítulos más valorados de la serie y, probablemente, el que más se relaciona con la sociedad en la que vivimos. En esta trama, todos los ciudadanos viven enganchados a su Smartphone, consultando la puntuación que reciben (del 0 al 5) en sus publicaciones e interacciones en la red. Además, cabe resaltar que este score es determinante para acceder a servicios básicos, entretenimiento u otros. Esta dinámica genera una obsesión incontrolada en la protagonista, quien desesperadamente busca establecer un “yo” digital basado en apariencias. “Las redes sociales se favorecen día a día por una presión colectiva, puesto que, para estar socialmente incluido, debes interactuar constantemente en la dimensión digital. La búsqueda de aceptación es normal entre los seres humanos, debido a nuestras inseguridades, pero en la red llegamos a apartarnos de lo real y tangible”, sostiene el experto.



Poster del episodio "Caída en picada" (3x01). Créditos: FilmAffinity.


Definitivamente, cada capítulo de Black Mirror es un espacio para la reflexión sobre cómo nos relacionamos con la tecnología, ya que nuestro comportamiento está sujeto a todo lo que ocurre en la esfera digital. Las temáticas abordadas a lo largo de la serie como los peligros en la red, las nuevas formas de contactarnos u otros; hacen que el público solicite una nueva temporada que acoja historias más novedosas, que los saque de la caja e invite a pensar más allá de sus pantallas. Si esta serie es de tu agrado, te invitamos a conocer más sobre otras relacionadas a dicha temática.
















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