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El cine “indie”: otra forma de hacer arte

Las producciones independientes, más que un género, son un grito de libertad por parte de los cineastas que buscan romper las cadenas de lo convencional.



(Foto: Pexels)


Escribe: Gianella Altuna


Más allá de las megaproducciones de Marvel, Disney o las típicas comedias románticas protagonizadas por el galán del momento, existen propuestas que buscan despertar otro tipo de emociones en los espectadores. Sin caer en el esnobismo, pues para todos los gustos hay colores, el cine independiente, también conocido como “indie”, se aleja de lo comercial para adentrarse en el arte puesto en pantalla.


Es difícil explicar lo que se considera actualmente como producciones independientes, puesto que cada director podría dar una respuesta diferente, por lo que quizás se obtenga un mejor panorama dando un vistazo al pasado.


Podría decirse que es inherente a los inicios del cine, pero el concepto como tal habría surgido con la película “Shadows” de John Cassavetes. De acuerdo con la Enciclopedia Britannica, el director estadounidense financió el largometraje pidiendo donaciones de un dólar a la audiencia de un programa de radio en 1959. Paralelamente, en Francia, la revista Cahiers du Cinéma, denominó “Nouvelle vague”, al movimiento reaccionario al cine de masas y cuya máxima aspiración era la libertad técnica.



"Shadows" de John Cassavetes (Foto: British Lion)


¿Qué lo caracteriza?

La realidad es que el cine independiente no quiere ser encasillado en una insulsa definición que contradiga su naturaleza desenfadada. Sin embargo, tiene ciertas características que lo representan. En primer lugar, se podría decir que se aleja de los grandes estudios, con sus exuberantes presupuestos y recursos disponibles para los potenciales “blockbuster”.


El cine independiente responde a una necesidad artística, mientras que el cine ‘mainstream’ o comercial, responde a una necesidad económica”, comentó Joel Calero, director de cintas como “La última tarde”, la cual estuvo nominada a los Premios Goya en el 2018.


Lo que tiene en común con el género de autor, es que los directores son figuras absolutas y decisivas en la realización. Mientras que las películas comerciales siempre tendrán ciertos parámetros que los ejecutivos buscarán para obtener éxito en taquillas, el cine independiente busca total libertad creativa sobre su pieza. No se hace para llenar butacas, se hace por amor al arte. ¿Acaso Picasso pintó “Las mujeres de Avignon” pensando en que iba a ser una pintoresca decoración?


Por ello, es que el poco presupuesto va casi de la mano con la libertad de plasmar las emociones, la creatividad y la personalidad del director.


Las desventajas de hacer cine independiente es que tú eres quien tiene que conseguir todos los recursos, demorar todo el tiempo posible, pero es la forma de hacerlo. Si alguien hace un tipo de cine más autoral, más artístico, solo se puede realizar de forma independiente”, explicó Calero.


La apuesta por lo "indie"

En algunas raras ocasiones, los creadores cinematográficos son tan geniales que incluso sus propuestas más locas logran capturar a un amplio público y grandes inversionistas. Y es que el cine independiente también ha sido los inicios de muchos nombres ahora conocidos como Spike Lee, Steve Soderbergh y Quentin Tarantino.


La Ópera Prima de este último, “Reservoir Dogs”, estuvo a punto de quedar en el sueño del entonces joven cineasta. Fue gracias a la inversión de Harvey Keitel, el actor que también formó parte del reparto, que la cinta pudo realizarse. Según IMDb, la película tuvo un presupuesto de 1.2 millones de dólares, considerado muy bajo para los estándares de la industria estadounidense.



“Reservoir Dogs” de Quentin Tarantino (Foto: Miramax Films)


Aunque no fue un éxito en taquilla, la película se volvió un clásico y, sobre todo, catapultó a Quentin Tarantino para luego poder hacer cintas como Pulp Fiction, que tuvo un presupuesto de 8 millones y recaudó 213 millones a nivel mundial.


La inevitable popularización

Su objetivo nunca fue querer satisfacer a las audiencias, sino hacerlas sentir. Las emociones parecen haber calado, pues el cine independiente se ha vuelto cada vez más popular y se evidencia en la gran acogida que han tenido ciertas productoras y distribuidoras que apuestan por este tipo de proyectos.


Una de las más conocidas en este momento es A24, una compañía de entretenimiento que se especializa en el desarrollo de películas y series de televisión. Empezó con producciones relativamente pequeñas, para ahora colaborar con directores y actores de gran renombre. Si quieres conocer más sobre ella y su nueva cinta, “Todo, en todas partes, al mismo tiempo”, te recomendamos que escuches nuestro podcast.




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