Foto: Melodrama
Durante los últimos años, Corea del Sur ha demostrado que su contenido de entretenimiento es de alta calidad y llegó para quedarse. Las producciones románticas se convirtieron en la fórmula perfecta para traspasar fronteras, sin embargo, el éxito no siempre es color de rosa.
Escribe: Gianella Altuna, Valeria Burga, Luisa Flores, Valery García
Los K-dramas o mejor conocidos como “doramas”, cuentan historias basadas en diversas temáticas, pero enfatiza mayormente el rubro amoroso. No cabe duda de que nos han conquistado con sus protagonistas; robándose gritos, lágrimas e incluso risas en cada momento de la trama. Esperamos por el primer beso o nos mantenemos enganchados para saber si finalmente los personajes llegan a consolidar su relación. Si bien estas novelas suelen tener el drama como parte fundamental, en ocasiones pueden caer en estereotipos sobre las parejas o la etapa juvenil; puesto que evidencian estándares y conductas que lo normalizan.
Alcanzaron la popularidad en la década de 1990 en Corea del Sur y a principios del 2000 a nivel mundial. Después del K-pop, se convirtieron en el producto más exportado de la ola coreana (“hallyu”). “Los coreanos comenzaron a sacar cuentas de los ingresos que había tenido Hollywood con la aparición de algunas empresas nacionales como Hyundai. Por esa razón, deciden incursionar en la industria del entretenimiento”, asegura el experto en la industria coreana y antropólogo, Moisés García.
Si hablamos de su difusión en el Perú, debemos remontarnos al inicio de este siglo, cuando el canal del Estado, TV Perú, emitía las primeras producciones del país asiático: “Un deseo en las estrellas”, “Todo sobre Eva” u otros. Nadie puede negar su éxito rotundo, pero sí se debe hacer mención a ese otro lado que muchos ignoramos. Un ejemplo de ello son los estereotipos de género que podríamos denominar micromachismos. Por muy adorable que sea el protagonista, se evidencian comportamientos erróneos en su actuar: jalonear a la mujer al momento de pelear, querer ser el único en su vida o influenciar en el cambio de imagen.
También evidenciamos estigmas constantes en las parejas: el chico popular se enamora de una joven “invisible” o la chica pobre es cautivada por el muchacho adinerado. Ello deja a las mujeres sin una perspectiva y posición de empoderamiento. Esto se percibe en el drama “The Heirs” (Herederos), donde la protagonista, Eun Sang, es una adolescente de bajos recursos. Ella conoce a Kim Tan, quien pertenece a una de las familias más adineradas de Corea. Bajo estas diferencias socioeconómicas, se desarrolla una relación de pareja. En un momento de la historia, él le dice: “Todos los hombres son iguales, excepto yo”; haciendo alusión a sus bienes materiales y la imagen de chico popular.
Frente a esto, el antropólogo García menciona lo siguiente: “En el Perú existe una crisis de valores. Por ello, muchas señoritas ven los doramas y aprecian el respeto que hay entre un varón y una mujer. Entonces, reconocen que esto se ha perdido en nuestra sociedad y buscan incorporarlos a toda costa en sus vínculos interpersonales. Pero, no se dan cuenta de que estos comportamientos a veces pueden llegar a alejarse de una relación romántica saludable”.
Otro aspecto es el bullying. La etapa estudiantil es quizá una de las más difíciles para todo adolescente, pues tiene que socializar y experimentar con el entorno. El acoso por el estatus económico, social o físico se ha vuelto cotidiano en la industria televisiva coreana a tal punto de que se normaliza en los centros educativos. Una clara muestra es “Boys Over Flowers” (Los chicos son mejores que las flores), historia en la que la protagonista, Hye-Sun, es víctima de burlas y maltratos durante los primeros capítulos solo por ser de bajos recursos.
También cabe resaltar que, quienes conforman el reparto de estas producciones, están sujetos a estándares de belleza sumamente estrictos. Ello ocurre principalmente con las mujeres, quienes deben ser obligatoriamente femeninas, delgadas y bonitas. En Corea del Sur esto es muy importante. No en vano es el país número uno en cirugías plásticas. Podemos evidenciar estas características como un patrón en casi todas las novelas existentes hasta la actualidad.
Después de enterarte sobre el lado “B” de la industria televisiva coreana; de seguro querrás saber más de ella o visualizar el primer “dorama” si es que nunca antes le habías dado una oportunidad. En la sección multimedia, te dejamos un conversatorio que abarca mayor información al respecto, y una serie de encuestas con personas que ya llevan tiempo siendo parte de la fanaticada. Esto te permitirá abrir los horizontes del entretenimiento asiático.
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